domingo, 16 de junio de 2013

Tan igual y tan distinta

A casi tres años de haber abandonado este blog, he regresado. Sí, soy yo, y sin embargo ya no soy la misma. En aquel agosto del 2010 todo cambió.

Meses antes de aquel agosto estaba a punto de terminar la universidad y conocí al que hasta hace poco sería el amor de mi vida. Descubrí los besos que te llevan al cielo y muchas cosas más. Fui muy feliz, también muy infeliz.

A finales de ese mismo año terminé la universidad y caminé a la deriva. Tuve un empleo frustrante que me enseño mucho, y aprendí que aunque a veces no sabes que quieres, al menos es importante saber que NO quieres.

A finales del 2011 terminé mi empleo frustrante y estuve un año nuevamente a la deriva, probando mil lugares hasta encontrar el mío, aunque he de aceptar que me llevó mucho tiempo hallar mi lugar.

Afortunadamente 2012 me abrió un nuevo panorama. La casualidad y algunas buenas decisiones tomadas en el pasado me llevaron a mi empleo actual; encontré mi lugar.  También en ese mismo año decidí tomar una de las decisiones más importantes de mi vida, me despedí de las amigas inseparables con las que compartí un hogar durante cinco años y formé un nuevo hogar con el que hasta hace poco creí, sería el amor de mi vida.

En marzo de este año mi vida dio otro cambio. Mi hogar y mi amor se esfumo, no por terceras personas. Se acabó cuando por fin acepte que esa relación nunca fue de dos, y como la otra parte nunca estuvo dispuesta a cambiar, decidí decir adiós antes de tener toda una vida frustrada e infeliz.

Puedo estar agradecida por todos esos años porque ahora sí sé lo que quiero y hacia donde voy. Aún me queda un largo camino de aprendizaje y experiencia que estoy dispuesta a descubrir.

Ahora soy una profesionista con un trabajo que me encanta y que diariamente me enseña algo. Tengo mi hogar sin tener que compartirlo con amigos (o con el que creía sería el amor de mi vida), soy fuerte, independiente y con nuevas metas.

¿Qué sigue? Muchas cosas. Por lo pronto seguir preparándome en el ámbito profesional, concretar un par de proyectos personales y laborales. Y el tiempo dirá si le doy una nueva oportunidad al amor. Porque después de tantos años y tantas cosas vividas, alguien del pasado regresó, alguien que hace cinco años quiso algo y no se atrevió, y que ahora viene dispuesto a todo. Pero eso será una historia para otra ocasión… 

jueves, 12 de agosto de 2010

La espera


Dama de honor

Mientras lo esperaba llegaron recuerdos de aquella boda.

Me llenaba de alegría que ella estuviera con el hombre que amaba. Las damas y los amigos del novio estañan en parejas; yo llegue sin compañía –Mi familia y amigos estaban ocupados y no pudieron acompañarme- pero no me molestaba. La ceremonia termino y no supe en que momento quede sola en las afueras de la iglesia. Los únicos conocidos –la novia, su familia y el novio– ya se habían ido. Recuerdo que fue en ese momento que la incomodidad se apodero de mí, las calles estaba desierta y solo quedaban un par de rezagados. Nunca antes me había molestado estar sin compañía hasta ese momento

En ese entonces “el chico solitario” me tenia embelesada, apreté mis puños y desee que llegara, me sonriera y dijera lo hermosa que me veía; que no me preocupara; que todo estaría bien. Yo sonreiría y le abrazaría; pero nunca llego. Me sentí frágil, pequeña porque en ese momento repare en algo que me negaba a aceptar: estaba sola. Estaba ahí luciendo un vestido que odiaba por hacerme destellar de esa manera para nada, para nadie.


El chico de los sueños

¿Alguna vez esperaron una llamada que jamás llego?.....


Él

Aquella tarde....

¿Acaso todo podría ser diferente esta vez?Deseaba decirle lo mucho que lo extrañaba, que odiaba que se enojara por tonterías, que me preocupaba por él aunque no pareciera y que deseaba contarle mil cosas mientras dejábamos pasar la tarde entre besos y abrazos; sin embargo sabía que no llegaría y aun así me aferraba a la esperanza de que mientras estaba distraída se acercaría abrazándome de espaldas, susurrando un hola en mi oído, un hola que jamás llego. Las lágrimas comenzaron a emerger a mi pesar ¡Lo merecía!

En cada época la misma historia:siempre esperando“tic, tac, toc”... y decidí ya no esperar más.




lunes, 26 de julio de 2010

Un beso de despedida

Se esfumo como todo aquello que idealizamos porque me costo entender que el era eso: una ilusión.

Sentía que jamás volvería a ser feliz, pero ahora son recuerdos vagos que no llegan a mi mente con suficiente detalle. Algunas personas dicen que siempre prevalecen en nuestra mente los malos recuerdos anteponiéndose a los buenos y confieso que así fue, pero al final decidí quedarme con los mejores momentos.

Solo fueron un par de besos ¿Quién arma lio por un par de besos? Los que quieren de verdad; los que no quieren dañar; los que desean proteger y ser protegidos; amar y ser queridos, los tontos, los patéticos, los románticos, los difíciles; los que no quieren ser amados; los que no quieren amar; los que se sienten solos; los que se sienten rodeados; porque alguna vez en la vida de alguien un “simple beso” también represento un mundo.

Si tuviera que retroceder el tiempo no cambiaría nada porque gracias a él (aunque no este enterado) madure, crecí y deje de ser la niña débil; la que dibujaba castillos en el aire y sufría al ver como el viento se los llevaba. Aun ahora puedo seguir trazando aquellos castillos usando el cielo como un lienzo, y aun cuando caiga la noche llevándose mi obra maestra soy capaz de mantenerme serena y llorarle un minuto pero ser capaz de continuar en mi labor hasta que se vuelva tan solido que ni una noche oscura o una gran tormenta pueda arrebatarme aquello que es mío, solo mío. La vida es así de inesperada y no puedo desmoronarme cada vez que algo me tome de sorpresa. Debo afrontarlo, se que puedo afrontarlo.

Mi vida ha llegado a un punto en que es más soportable el dolor; poder vivir con ello y luchar contra ello. Llorar lo que necesite llorar, gritar si quiero gritar, dejarlo escapar y así ser capaz de continuar sin carga alguna. Aprendí a vivir, a ser feliz tanto en las penas como en las alegrías, no importa de que forma sea pero la felicidad es algo que no debemos dejar que se pierda.

La última vez fui yo quien le bese -sabía que sería el último aun cuando no me lo había planteado anteriormente- Esta vez no hubo rastro de aquel primer beso, espontaneo dulce, como si me hubiese pertenecido desde siempre porque esta vez ya no era mío y comprendí que jamás lo fue.

Aquella noche llore mucho porque me sentía incapaz de dejarlo ir pero debía tomar una decisión, no por su bien -porque me confieso egoísta- sino por mi propio beneficio. Aquella noche me tome la libertad de odiarlo un momento aunque poco me duro pues no soy capaz de ser tan vil para mantener esa clase de sentimiento.

Aquella noche supe que debía alejarme. Era lo mejor ya que hay momentos en que no se debe pensar con el corazón sino con la mente. Hay momentos en que no hay que ser idealistas sino racionales, era la única forma de dejarlo ir… y lo logre

PD: Por tu comprensión y tu paciencia, así como por tus ánimos ¡Gracias Valeria!

viernes, 9 de abril de 2010

Mi primer beso

“La decisión del primer beso es la más crucial en cualquier historia de amor, porque contiene dentro de sí la rendición” Leí alguna vez, aunque yo digo que también contiene la perdición.

Me sentía confundida respecto a mis sentimientos pero intentaba alejarlo de mi cabeza. El era mi mejor amigo, yo su mejor amiga pero justo ese día acepte lo que sentía y que tanto negaba. Me estaba contando acerca de una de sus citas y sentí celos, ahí lo supe, lo acepte pero decidí que no haría nada, tal vez se me pasaría y, probablemente todo hubiese seguido igual si no hubiese hecho lo que hizo: me beso

Con el fue mi primer beso más allá de las hormonas. Diferente al que le di a mi primer novio, a el chico que me gustaba o a el primo de un amigo, pues a pesar de que era placentero con ellos no sentía nada, solo era un beso.

Hablábamos del futuro, el me decía que un día nos separaríamos, que yo formaría una familia y terminaríamos alejándonos. Me enternecí, bese su mejilla, él atrajo mi rostro mas cerca y beso mis labios, me quede estática “¿me esta besando?” aunque no tuve tiempo de ahondar tanto en ello pues le correspondí.

Aquel beso fue corto, tierno, me sentí en las nubes, emoción, felicidad. Me avergoncé por haberme dejado llevar pues no sabía si había hecho lo correcto, si debía confesarle mis sentimientos, pero las palabras se quedaron atoradas en mi garganta y al verme callada me pidió disculpas, me abrazo, lo abrace y sin darnos cuenta otra vez nos besábamos, resultaba tan natural, como un rompecabezas con todas las piezas en su lugar.

Si me hubiese besado alguien que solo me gustaba no hubiese sido tan grave para mi, pero el no solo me gustaba, lo quería y ese beso me hizo albergar una tonta esperanza. No es lo mismo que te bese cualquier otro a que lo haga esa persona especial.

Se que las cosas no se cambian y no me arrepiento de ello pero aun así sentiré siempre esa espina clavada, lo detesto por haberme besado y yo tonta por corresponder lo detesto por hacerme albergar una ilusión con ese gesto que para el solo significaba curiosidad, –saber como besa su amiga- el momento, mientras que para mi significaba por fin estar con la persona que mas quería, la que me aceptaba por completo, la primera persona real, no platónica, que no provenía del chico que solo conocía de vista o del personaje de un libro.

El era real y sin embargo se esfumo.

jueves, 4 de marzo de 2010

A través de sus ojos

Nota: Lo que les presento a continuación es un artículo de una amiga para su clase de periodismo. Se los presento por que así me conocen a través de otros ojos. Por cierto, tuvo mención especial y no por que hablara de mí, sino por que es excelente escritora.

Por: Gabriela Cárdenas Cruz

Con un andar apresurado, tan distante a su entorno y sin que nadie se lo imagine con la mente saturada de pensamientos, sueños, ideas y cavilaciones. Así es ella, quien llama la atención por su manera de caminar y porque su cuerpo con curvas es inevitable no notar.

Para quien no la conozca puede ser una alumna más, si es la primera vez que se la topan en una clase, no la recordarán a la segunda, tal vez ni a la tercera, pues su silencio, se ve interrumpido solo por un “presente” o por la ya conocida y obligada presentación que algunos maestros aún aplican. Sin embargo mientras las clases van transcurriendo y se van adentrando a la materia, va emergiendo poco a poco la fuerza que esta mujer lleva dentro.

Amante de los libros, de las historias de ficción, de las novelas buenas y no tan buenas, de los animes japoneses, escritora principiante que tiene un excelente sentido y tacto para describir esas ideas que desbordan de su imaginación.

Así es Yumey, una estudiante que sabe esforzarse por lo que le gusta, la apasiona, que cuestiona y defiende sus puntos de vista, respeta las opiniones de los otros. Detesta la superficialidad sea en quién sea, desde compañeros, lo mismo con profesores y gente en general.

Reconoce que los libros, los viajes y las personas que aportan cosas positivas y que te enseñan a ver la realidad del mundo, son los mejores maestros con los que se pueda topar.

Podrá no ser la alumna de 9 y de 10, pero no se aflige porque para ella lo más importante es capturar los conocimientos esenciales para desarrollarse en el ámbito que desee. Y lo que es mejor, quienes la conocemos y la han tratado mas allá de una simple plática escolar, nos damos cuenta que tiene un gran potencial como educadora, su interés por investigar y adentrarse en los temas que le interesan, su pasión oculta por el debate y la controversia sin exageración, así como la naturalidad para escuchar, leer y captar ideas la convierten en una candidata idónea para la docencia.

Trabajadora y emprendedora, ama a su familia y a pesar de eso es independiente, sus valores los conoce muy bien aunque en ocasiones los cuestione, se enoje y termine peleándose con el mundo su esencia es la misma. Sabe que algunas cosas en la vida son difíciles más no imposibles.

Su claro oscuro es tan humano, como el respirar de cada uno de nosotros, malas rachas laborales, escolares, familiares y uno que otros dolores de cabeza por “algunos idiotas que no saben madurar en tiempo y forma” como ella nombra a esas personas del genero masculino que solo saben pensar en ellos.

Si, ella es mi amiga, una excelente persona, tan sencillamente humana, pero de las que muy pocas quedan.

sábado, 26 de diciembre de 2009

Cosas de la vida...

La vida no es como aquellos libros o películas pues el final es solo el marco del principio, un inicio impredecible, a veces cruento o agradable, sin embargo el desenlace nunca llega, nunca sabes que mas pasara en los siguentes segundos, minutos, horas o a lo largo de los meses o años. Los instantes pasan y hay oportunidades que jamás regresan. Personas que dejamos ir y que nos dejan; decisiones que tomamos sin saber que influencia tendrá ello en nuestro destino.

En mi vida personas las personas han desfilado, algunas llegaron para quedarse, otras para irse, otras para dejar una cicatriz dolorosa en el alma, pero de todas ellas aprendí. Poco queda de la niña frágil aunque he de admitir que a veces no puedo evitar sentirme indefensa, mas no hay opciones, o te quedas parado o sigues tu camino. Seguiré algunas veces mirando hacia atrás rememorando el camino recorrido y aprendiendo de esas experiencias.

Me alegra no ser la niña débil que se dejaba lastimar por palabras mezquinas o que en cualquier instante soltaba las lágrimas. Que se deprimía semanas enteras por un rechazo o daba prioridad a los problemas. Aprendí que el camino es largo y queda mucho por aprender, mejorar pero sobre todo vivir.

Se que aun no he vivido o experimentado muchas cosas, pero son mis decisiones y no me arrepiento. Afortunadamente en este camino no he estado sola y me he nutrido de las experiencias de los demás aunque se que no es suficiente y aun cuando no se que quiero ello no resulta tan malo por que se lo que no quiero.

No podre transformarme en una mujer diferente pues siempre seré yo, pero seguiré aprendiendo, creciendo, madurando. Quizá nunca deje se ser la niña torpe y despistada que se ríe sola y se entretiene horas perdida en sus pensamientos; la que malinterpreta las instrucciones y te espera en el lugar no acordado o la que te exaspera cambiando los temas de conversación y confundiendo a todos.

Solo no olvides que aunque sea torpe y descuidada, no memorice las fechas y te felicite días después; no sepa que decir cuando muera alguien cercano; me cueste abrazarte o decir palabras hermosas, seré incondicional. No te abandonare y cuidare de ti, hare lo que este en mis manos para hacerte sentir bien en un día fatal. Siempre estaré ahí para escucharte y apoyarte. Aunque no te des cuenta yo estaré junto a ti.

Aunque a veces duela y quisiera ser yo la protagonista de alguna historia, también seré feliz viéndote feliz y aunque no me mires seguiré observándote como tonta cuando no te des cuenta. Sabes que no llorare, el día que debía hacerlo lo hice, aquel fue mi día de luto para sufrir por tu no amor.

Aprendí que la vida sigue y no puedo darme el lujo de sufrir por las cosas que no se pueden cambiar. A veces me asusta sobrellevar las cosas tan calmadamente ¿De verdad soy un frasco vacio? A veces me pregunto si llegara el día en que mi corazón lata aceleradamente por un chico de forma constante, no aquellas veces tan efímeras que solo duran determinado tiempo y después se van como sin nada. Quisiera saber si algún día en lugar de decir “lo quiero mucho” diga “lo amo”.

Pero a pesar de que soy un mar de confusiones aprendí a no forzar las cosas y no andar con prisas; no ser conformista y luchar. Aprendí a no preocuparme por lo innecesario pero sobre todo no volver a olvidar que quiero ser feliz…...

martes, 8 de diciembre de 2009



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Muchas veces cuando decimos que necesitamos ser escuchados es porque necesitamos expresar algo y ya, así de simple, sin criticas de por medio porque buscamos desahogo. Cuando decimos que necesitamos hablar es porque también necesitamos externar una opinión y de la misma forma obtener otros puntos de vista, aquí si necesitamos un feed-back ¡Gran diferencia!
¿Acaso no te puedes limitar a escucharme? Hay días en que no necesito oír tu discurso de siempre. Solo quiero ser escuchada. Tal vez no estés de acuerdo y se que mucho de lo que digo parece tonto y no coincide con tus ideologías y tu forma de ver la vida ¿Pero no puedes limitarte a apoyarme?
En instantes como este en lo único que puedo pensar es: ¡CIERRA TU GRAN BOCOTA!
Para mi buen amigo “C”